En una publicación anterior María compartió con Sentiido cómo conoció a un hombre que le gustó mucho y del que después supo que era trans. En esta segunda entrega nos cuenta qué pasó más adelante.
Enterarme de que la persona que me gustaba era un hombre trans fue definitivo para cambiar mi visión de mundo. Dos ideas surgieron entonces en mi mente. Por un lado, como quien ha probado una fruta que no conocía y le ha parecido deliciosa, pasábamos juntos nuestro tiempo libre. Tenía muchas ganas de gritarle al mundo que era maravilloso amar a mi pareja, una persona trans. (Ver:#MeGustanTrans: En mitad de la noche me dijo “soy trans”).
Por otra parte, empecé a cuestionarme aspectos que nunca me había planteado: ¿ser trans “se nota”? ¿Hay “claves” que permiten saber si una persona es o no trans? Una de las bases que habíamos establecido en nuestra relación era que lo hablaríamos todo y que no dejaríamos nada entre el tintero. Al principio me resultó difícil, no estaba acostumbrada a ese nivel de comunicación (quizás esta fue una las causas de mi divorcio con mi exmarido).
Pero pronto aprendí que por duro o hasta impertinente que me pareciera lo que tenía que decirle, él lo iba a aceptar sin juzgarme e íbamos a tener espacios de diálogo para aclarar ideas, llegar a un mejor entendimiento o encontrar una solución a situaciones en las que no estábamos de acuerdo.
“Aprendí que durante años las personas trans viven en una situación que no les corresponde.”
Así, aprendí que la identidad de género es un asunto de cada quien y que los genitales no determinan la identidad de género de una persona. Luego surgieron más preguntas: ¿Soy “rara” porque me gusta un hombre trans? ¿Qué hubiera pasado si nos hubiéramos conocido antes de hacer su transición? ¿Me hubiera enamorado de él igualmente? O ¿Podría enamorarme de una mujer trans? ¿Eso me “convierte” en lesbiana? Todo esto me llevó a formularme una pregunta más profunda: “¿quién soy yo?”.
Con el tiempo entendí que respecto a mi orientación sexual las casillas “heterosexual”, “homosexual” e incluso “bisexual” o “pansexual” no son importantes para mí. Yo me enamoré de una persona y, realmente, de su esencia porque durante mucho tiempo ni siquiera conocí su aspecto ni el timbre de su voz.
Ahora, el hecho de saber que mi pareja se identifica como bisexual también me planteó otras preguntas. Me contó que en sus primeros años se había sentido atraído por las mujeres pero que con el paso del tiempo los hombres también empezaron a llamarle la atención.
Lo primero que pensé fue “pero si le gustan los hombres, ¿por qué está conmigo?”, seguido de unos cuantos ataques tontos de celos por cualquier hombre o mujer que se le acercara. Necesité tiempo, paciencia, diálogo y la ternura que le caracteriza para que yo entendiera que la atracción es libre pero que él había decidido estar conmigo. Y acá estamos.
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Bonita historia, pero tengo una pregunta:
Conosiste a un hombre hombre y despues te enteraste que era trans, asi como dices al principio de tu narración, o conosiste a un hombre trans y te enamoraste de el?
Gracias.