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LGBT

“Necesitamos ir más allá de lo LGBT para reconocer la diversidad en su máxima expresión”

Uno de los retos más importantes del actual Gobierno y del ministerio de la Igualdad en Colombia, es ir más allá de lo LGBT para incluir el amplio espectro de la diversidad sexual y de género que va mucho más allá de estas cuatro letras.

Por Manuel Antonio Velandia *

Una pregunta que muchas personas se hacen es si ahora existen “nuevas o más sexualidades”. En realidad, el espectro de la sexualidad siempre ha sido muy amplio, el problema es que quienes la viven por fuera de una perspectiva binaria, machista y heterosexual han sido señaladas, excluidas y denominadas de muchas maneras, empezando por Tomás de Aquino que clasificó las prácticas sexuales entre “naturales” y “antinaturales”.

A esto se sumó que durante gran parte de le Edad Media los miembros de la Iglesia católica se debatían entre clasificar como “pecado” o “crimen” la llamada “sodomía”, término acuñado por el monje Pedro Damián. (Ver: La Biblia no discrimina pero sí las interpretaciones fuera de contexto).

Agustín de Hipona fue el primer pensador cristiano en hablar del “crimen sodomítico, antinatural y contrario a la ley de Dios”. Ramón de Penyafort, predicador catalán, habló de “pecado”. De Aquino añadió el término “vicio”. Y en 1179 el Tercer Concilio de Letrán habló de “los sodomitas eclesiásticos”. (Ver: ¿Qué dice la Biblia realmente sobre la homosexualidad?).

En Colombia, en el Código Penal de 1886 la homosexualidad fue contemplada como enfermedad. En el de 1936 pasó a ser delito. Así lo sería hasta el Código Penal de 1980. (Ver: Matrimonio Igualitario en Colombia, paso a paso).

De paso, es importante recordar que, en el país, el movimiento de minorías sexuales inicialmente no se llamó “LGBT”, sino que surgió como un movimiento universitario político de izquierda que propugnaba por la liberación sexual y del cuerpo de los homosexuales. (Ver: “La primera marcha del orgullo en Colombia no fue en 1982, como se ha dicho, sino en 1983”).

“Para mí, lo más importante siempre ha sido el cambio cultural porque sigue siendo evidente que la norma no cambia la cultura”.

Lo “LGBT” vino después por la influencia de los psicólogos del Grupo de Encuentro por la Liberación de los Güeis (GELG), fundado en Bogotá en 1977. El discurso teórico inicial era SexPol –Sexología y Política– y quien nos acercó a él fue León Zuleta, filósofo. (Ver: León Zuleta, uno de los pioneros del movimiento LGBT de Colombia).

SexPol fue el nombre reducido de la Asociación alemana para una política sexual proletaria que había tenido su precedente en la Asociación socialista para la consulta y la investigación sexuales, una plataforma de políticas en salud, educación, vivienda y condiciones de vida para la gente.

El gran pensador de esta teoría en Estados Unidos, en los campus universitarios, fue el filósofo alemán Herbert Marcuse, quien se había tenido que exiliar de la Alemania nazi por ser judío. Sus dos grandes libros, Eros y civilización y El marxismo soviético, fueron de lectura obligatoria para mi generación.

En países como Colombia, desde hace algunos años se ha venido avanzado en materia de igualdad de derechos, pero no tanto en el comportamiento social. Nos siguen asesinando, se sigue excluyendo a las personas trans y la endodiscriminación (o la discriminación entre las mismas personas LGBTIQ) continúa sosteniendo, por ejemplo, que las personas bisexuales son homosexuales de clóset. (Ver: La bisexualidad existe y no es una etapa).

Asimismo, están quienes desde una perspectiva binaria del sexo desconocen la intersexualidad, mientras que el poder masculino pasa por encima de los derechos de las mujeres lesbianas y las masculinidades tradicionales homosexuales discriminan a quienes tienen “plumas”. (Ver: “Busco hombre acuerpado y cero plumas”).

A esto se suman mujeres como Carolina Sanín y su feminismo transexcluyente o un feminismo que reduce “ser mujer” a tener vulva. (Ver: Transfeminismos latinoamericanos: sororidad, resistencia y cambio social).

En sectores institucionales y políticas públicas desde hace años se viene hablando de “inclusión LGBT”. De manera más reciente, el discurso se ha ampliado a SOGIESC, iniciales en inglés de orientación sexual, identidad y expresión de género y características sexuales, concepto que incluye además de las diferentes orientaciones sexuales e identidades trans, también lo queer, género fluido y demás identidades, prácticas y característica sexuales que están por fuera de lo que socialmente se ha clasificado como “normal”. (Ver: Ni hombre ni mujer, persona no binaria).

En mi opinión, uno de los retos más importantes del nuevo Gobierno y del recién creado ministerio de Igualdad en Colombia es justamente incluir a todas las personas, no solamente los llamados “sectores LGBT”, sino a todas las diversidades de géneros y cuerpos. (Ver: “Me liberé del género”)

Lo ideal sería ir más allá del discurso tradicional “LGBT” y de los hombres gais blancos para que el amplio espectro de diversidades sexuales y de género, sientan que por fin el país les reconoce.

**PhD en Educación, Escuela, lengua y Sociedad. PhD en Investigación en cuidados de enfermería, sociólogo y maestro investigador.

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